“Y
se fueron las hojas”.
Entraron los primeros vientos sin llamar
a la puerta;
voceando, severos, arrogantes,
porque sabían que tenían que llegar.
Es su modus operandi: “Ahora nos toca estar aquí. Mañana allá.
Y pasado mañana dónde nos dicten los
tiempos”, se decían.
Y aunque los veas venir
y aunque estés preparado,
siempre te acaban pillando a pie
cambiado.
Te sorprenden aunque ya los intuías.
Te apabullan aunque se presenten con
sosiego.
Te dejan la rasguñada en el rostro
aunque no te rocen la piel.
Son los vientos que se llevan las hojas
saciadas a otros destinos;
de ira o de risas,
de llantos o ternura,
de caricias y pasión,
eso ya depende del sabor de cada hoja.
Arribaron para barrerlo todo;
todas esas hojas caducas troceadas de
amor,
con sus nervios empapados de momentos y aromas.
Son como los vientos de otoño
que han venido para anunciar el cambio
de estación.
Se fueron las hojas.
*¿A qué huele tu otoño?
José
Ángel Castro Nogales
©
Derechos de autor reservados
09/10/2025
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