Dos
cuerpos.
Son dos cuerpos,
esos que se ven sin mirar,
qué se sienten sin tocar,
se escuchan en lontananza,
los que se escudriñan desde la
habitación del fondo.
Qué se admiran o rechazan
dependiendo en que lugar se ven,
la hora,
el momento,
el segundo,
los ingredientes
o la compañía.
Desean entenderse sin mencionar palabra
alguna;
te quiero, no te quiero,
la margarita se ha quedado sin pétalos.
Los cuerpos han vibrado en su propia
lengua;
uno presagiado,
el otro espantado con su mirada
bonita.
Saben lo que tienen que hacer
porqué sus almas residen en ellos.
De la nada,
irrumpe un violento silbido que desgarra
el aire.
Brazos en jarra…
…Ya han decidido.
Son dos cuerpos para dos caminos.
*La mente puede estar ausente o
distraída, pero, el cuerpo, siempre estará presente, porqué es la casa del
alma.
José
Ángel Castro Nogales
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Derechos de autor reservados
21/01/2025
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